Capítulo 5.
Cogido de la mano de mi hijo de 5 años llego a nuestra habitación. Aun tengo la esperanza de que ella este ahí esperándome para dormir, juntos, como siempre hacia.
Nos encontrábamos acostados, Daniel y yo. Siento sonido en la puerta, a continuación unos pasitos y un tirón el la camiseta.
Bajo la mirada y veo cuatro ojitos brillantes.
-Papi, podemos dormir aquí?
-Claro vengan.
Las subo y Candela le dice a Vanesa:
-Vane, es verdad aquí se siente mejor.
-Candela, no te entiendo... ¿El qué se siente mejor?
-El aroma de mamá.
No se que contestar y mis hijas me abrazan.
-Buenas noches papi.
-Buenas noches mi vida.
Ellas caen de inmediato dormidas mientras yo, no puedo hacer otra cosa que no sea aspirar su aroma.
-Es verdad que aquí se siente mejor.
Cogido de la mano de mi hijo de 5 años llego a nuestra habitación. Aun tengo la esperanza de que ella este ahí esperándome para dormir, juntos, como siempre hacia.
Nos encontrábamos acostados, Daniel y yo. Siento sonido en la puerta, a continuación unos pasitos y un tirón el la camiseta.
Bajo la mirada y veo cuatro ojitos brillantes.
-Papi, podemos dormir aquí?
-Claro vengan.
Las subo y Candela le dice a Vanesa:
-Vane, es verdad aquí se siente mejor.
-Candela, no te entiendo... ¿El qué se siente mejor?
-El aroma de mamá.
No se que contestar y mis hijas me abrazan.
-Buenas noches papi.
-Buenas noches mi vida.
Ellas caen de inmediato dormidas mientras yo, no puedo hacer otra cosa que no sea aspirar su aroma.
-Es verdad que aquí se siente mejor.
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